jueves, 24 de octubre de 2013

En realidad sería muy académico discutir si “Ética, tattoos y saldos” de la actriz y dramaturga española Patricia Pardo es un espectáculo, un happening, una conferencia, una provocación estética o un encuentro cultural-filosófico. Pero es un evento muy entretenido, y fue montado en el teatro El Desguace de Buenos Aires el pasado 18 de octubre.

Desde la oscuridad aparece en medio de una mesa bien servida la cabeza de una mujer, como si fuera centro de mesa, al lado de un chanchullo sabroso. ¿Entonces, vamos a comer? No exactamente. Entra otra mujer, sin cabeza, vestida al estilo Maryland Monroe y se dedica a servir el té y darle a comer a la mujer, que emite una ráfaga de palabras y frases, entre literarias y filosóficas, pronunciadas casi sin respiro. Un mozo silencioso sirve como ayudante de campo: es simpático y dedicado a su tarea. ¿Conflicto?  


Patricia retira su cabeza y se presenta ante el público tal como es, entregando un monólogo provocativo que incluye situaciones obscenas y escandalosas, provocaciones; simula que es tatuada en directo, invita a otra mujer a ser tatuada. Entretanto pide que el público participe en lo que sería una clase de escritura basada en términos contrapuestos. La dignidad, el amor y la fidelidad son las palabras elegidas que el público tiene que trabajar.


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