domingo, 15 de diciembre de 2013

Si miro la luna


 Desde mi ventana veo flores de otoño,
Las toco y son brasas ardientes,
Cenizas, polvo, fuego impalpable,
Ardor del soldado caído en batalla de metales derretidos.

Escucho el barco surcar las olas, navegando hacia mí,
                Como si todo lo que existe fueron tus aromas, tu luz y canto
                               Y considero largo tu silencio, largo,  temeroso  y oscuro
                                               Cuando percibo que tu canto de ritmo, color y vida carece.

Iré a la otra lejana orilla a plantar mis raíces hambrientas de amor
                Y levantaré una flor silvestre a mis labios ardientes de poesía
                               Y daré leña a la fogata y te olvidaré, siempre recordándote

                                               Y moriré abrazado al anillo que por mucho intentar nunca pude sacar.

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