lunes, 18 de abril de 2016

"Nadie quiere ser nadie," espectáculo de Mariela Asensio en CELCIT, Buenos Aires

         
No hay que ser Carlos Marx para saber que hoy en Argentina, y en el mundo, existen las clases sociales: arriba la riqueza es impresionante y crece día a día; en la parte inferior del cuadro, los pobres son algo así como material descartable del sistema; y en el medio quieren vanamente subir algún escalón más en el pirámide social pero casi siempre se resbalan. Los sueños, las aspiraciones y los intentos de tener algunos de los beneficios de los de arriba casi siempre terminan en frustraciones.

         En el espectáculo “Nadie quiere ser nadie” de la directora y dramaturga Mariela Asensio, montado el CELCIT, todos hacen algo que menosprecian  y mueren de ganas por hacer algo más significativo. Entonces, está una aspirante a actriz, una psicóloga harta de la vida, un matrimonio (más bien de clase media alta) fascinado con la vida de country y una hija disconforme, algo rebelde y a la deriva. También está el guardia de seguridad que marca los límites y una empleada doméstica--que muestra con claridad la superficialidad de sus superiores de clase media, su hipocresía y falta de corazón humano.

         En realidad, la directora cuenta que el espectáculo está basado en entrevistas a personas reales, y en la medida que la escritura del texto avanzaba aparecían más dudas que certezas. No es un planteo sociológico: la historia avanza zigzagueando y tal vez por eso la puesta plantea más interrogantes que repuestas. Cada personaje tiene monólogos que comparte con el público, como así también interacciones con otros protagonistas. El resultado es un espectáculo cálido, de humor ácido, incluso con momentos tipo teatro musical—por ejemplo, cuando la criada y el guardia cantan.

         Justamente el personaje de la criada refleja la distancia social entre ella y los demás. La esposa del matrimonio, dominante y terriblemente frívola, la acusa de ladrona por comer tres empanadas. Ni con sus tarjetas Visa, ni con smartphones, ni la última tecnología: estos personajes de clase media son presos de sus sueños y del tedio. Están aburridos, nadie quiere ser nadie. Ejercen el poder que en realidad no tienen, están obsesionados por las apariencias, la falta de sentido en sus vidas, la falta de amor; viven en la nada de nada. En fin, la sociedad de consumo en la cual tener es más importante que ser pero tener tampoco responde a los sueños.

         Como francamente los espectadores son mayormente de clase media, el espectáculo sirve para replantear muchas cuestiones en la vida de la audiencia, actúa como un espejo social. Con muy buenas actuaciones y coreografía precisa, “Nadie quiere ser nadie” es un espectáculo recomendable.  
Ficha técnico-artística
Autoría: Mariela Asensio Actúan: Florencia Ansaldo, José Joaquin Araujo, Salome Boustani, Anahí Gadda, Teresita Galimany, Guillermo Jáuregui, Carlos Juárez, Natalia Olabe Vestuario: Vessna Bebek Iluminación: Ricardo Sica Asistencia general: Paola Luttini Producción ejecutiva: Pamela Santangelo Dirección: Mariela Asensio

Duración: 60 min CELCIT, Moreno 431, Capital Federal – Buenos Aires – Argentina. Teléfonos: 4342-1026. Web: http://www.celcit.org.ar
Entrada: $ 120,00 / $ 80,00 – Sábados – 22:00 h – Hasta el 21/11/2015

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